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miércoles, 1 de enero de 2014

Al Señor de la Sangre

No hay palabras con las que pueda describir cada Jueves Santo al señor de la sangre, fiel hermano de su hermandad yo soy y de el mas fiel aun.
Cuando camino hacia su casa es como caminar hacia la mía, cuando le veo en su altar me inunda un sentimiento de respeto y humildad, en su sangre derramada veo el reflejo de su sufrimiento y el de sus fieles.
Cada Jueves Santo yo te alumbro el camino con todo mi corazón y mi humildad, mi penitencia es hacia ti, porque se lo mucho que ayudas a tus fieles y hermanos, que nunca nos dejas solo.
Y es que a la verita de tus pies señor de la sangre yo rezo, te susurro mis plegarias y con mi corazón en un puño te digo: Sangre de mi Sangre, tu que me quieres, tu que me proteges, tu que nunca me abandonara, sigue guiando mi camino para que yo pueda alumbrarte el tuyo.

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